¿Por qué es tan importante buscar una postura correcta para estudiar?
¿Cuál es la postura correcta para estudiar?
Esta es una postura incorrecta donde se aprecia, entre otras cosas, la mala colocación de la pelvis, la curvatura de la espalda y la tendencia a arquearse hacia adelante. Grabadla en vuestra memoria para evitarla siempre.
¿Cómo colocar correctamente la pelvis al sentarse?
- Considero que este es el apartado más importante, y que hay que tener en cuenta siempre que nos sentemos. Ya apareció tal cual lo voy a exponer ahora en un artículo anterior de este mismo blog, pero creo que es bueno rescatarlo e incluirlo dentro de el presente artículo.
En el siguiente dibujo se representa la forma de hacerlo:
b) Nos desplazamos hacia atrás, asegurándonos de quedar sentados lo más al fondo posible del asiento. Esto hace que la pelvis quede bloqueada en la postura correcta, que es como se ve en el dibujo: un poco inclinada hacia delante. Esto tiene efectos positivos como garantizar una correcta alineación de la columna lumbar (que no quedará hundida ni arqueada), así como asegurar un correcto reparto del peso desde la espalda hacia la pelvis y las piernas.
c) Ahora ya se coloca el tronco recto, en vertical. Como la pelvis está bloqueada en la postura correcta, ahora es mucho más fácil mantenerse en vertical, y no requiere tanto esfuerzo activo por parte de la musculatura.
Es muy importante repetir este gesto después de llevar un cierto tiempo sentado, para asegurarnos de que nuestra postura es la más correcta.
Nota: Estas dos imágenes pertenecen al libro de Mike Hage 'El gran libro del dolor de Espalda', de Ediciones Paidós, y se reproducen aquí con fines de educación y sin ánimo de lucro.
¿Cómo no hay que sentarse a estudiar?
Otros aspectos a tener en cuenta.
El tema da mucho de sí, puesto que hay muchos otros factores que influyen en las molestias que pueden derivarse de un estudio prolongado. Aquí algunos consejos que pueden resultar interesantes:-
Cruzar las piernas no está mal siempre que no se altere la postura correcta comentada anteriormente (buena posición de la pelvis, espalda y cabeza), y que se altenen las piernas -para que no sea la misma la que esté siempre cruzada- y se incluyan momentos de recolocación de la pelvis y de mantener ambos pies en el suelo. Esto garantizará que la postura se mantenga y no la vayamos estropeando.
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Planificación: Febrero viene cada año después de enero. Junio, después de mayo. Septiembre, después de agosto... Con esta sarta de obviedades lo que quiero decir es algo muy simple de pensar pero muy complicado de llevar a cabo: no dejar las cosas para el final. Mientras más se retrase el momento de ponerse a estudiar y más se acerque la época de exámenes van a ser mayores la presión, los nervios y las prisas, y no vamos a dedicar tiempo a comprobar si nos sentamos correctamente ni a descansar de las maratonianas sesiones de estudio.
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Actividad deportiva: Practicar algún deporte o realizar una actividad física (suave o más intensa, eso ya a gusto de cada uno) va a ayudar por un lado a despejarnos y descansar de tanto estudio y por otro a estimular un poco nuestros músculos y articulaciones, entumecidos después de tantas horas en la silla doblados frente a los libros...
- Descansos y reajustes de la postura: Se ha dicho antes. Lo repito: hay que comprobar cada cierto tiempo que nuestra postura sentados es correcta. En los casos en los que se permanece mucho tiempo sentados siempre se recomienda lo mismo: aproximadamente cada hora (o antes si se puede) realizar un pequeño y breve paseo para luego continuar con la tarea. Sirve de pequeño descanso físico a la vez que mental, y nos va a permitir volver a sentarnos y asegurarnos de que lo hacemos en una postura correcta.
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Buena iluminación: Lo ideal es una buena y potente luz natural que ilumine el texto y nuestro espíritu. Si no es posible, hay que buscar una buena fuente de luz que de directamente sobre los apuntes o libros, sin crear sombras ni zonas de penumbra, y que no nos obligue a agacharnos sobre el texto. Nuestra espalda lo sufriría, pero nuestros ojos también.