07-01-2011
El Instituto de Biomecánica (IBV) ha puesto en marcha el nuevo servicio de Valoración Biomecánica para la Reincorporación al Trabajo, que proporciona información objetiva de las capacidades físicas del trabajador que ha estado de baja laboral por una lesión músculo-esquelética, y relacionar ésta con los requisitos del puesto de trabajo, de modo que pueda determinarse si está o no preparado para reincorporarse a la actividad laboral.
La incapacidad laboral transitoria genera cada año en España costes socioeconómicos que superan los 6.000 millones de euros en gastos directos, si se suman los indirectos (gastos por suplencias de bajas o descenso de la productividad) la cifra puede llegar a duplicarse, según datos del Ministerio de Trabajo e Inmigración. Si hablamos de costes por incapacidad permanente, la cifra puede ascender a más de 18.000 millones de euros.
Los días perdidos por incapacidad temporal alcanzan más de 213 millones. Algunas veces las incapacidades transitorias se ven prolongadas en el tiempo debido a la falta de criterios objetivos para determinar si el trabajador está preparado o no para regresar a su trabajo.
Las principales lesiones o trastornos músculo-esqueléticos que provocan baja laboral son las lumbalgias, seguido de las cervicalgias, las patologías de miembro superior (principalmente de hombro), la rodilla y otros traumatismos de las extremidades inferiores.
La metodología en la que se basa este servicio está fundamentada en la aplicación conjunta de técnicas de valoración ergonómica del puesto de trabajo y valoración funcional biomecánica de los pacientes, en cuya aplicación es experto el IBV.
Para la valoración se recoge información sobre los requisitos del puesto de trabajo; posteriormente, se valora cuáles pueden estar alterados por la lesión y se realiza una serie de pruebas de valoración biomecánica cuyo resultado permite determinar de forma objetiva y cuantitativa si el paciente está o no capacitado para reincorporarse al trabajo.
Esta prueba de valoración está indicada en todos aquellos casos en los que el médico valorador, de una mutua de accidentes laborales, de los Equipos de Valoración de Incapacidad del INSS o un perito privado del paciente, tiene dudas acerca de cuál es la capacidad real del paciente para realizar su trabajo.
Asimismo, tiene utilidad como prueba médica complementaria en el control de la Incapacidad Temporal (prolongar la baja de un paciente o darle el alta si está recuperado) y, sobre todo, en la correcta asignación de indemnizaciones por Incapacidad Permanente en todos sus grados, con el correspondiente impacto social y económico que ello supone.