El vendaje funcional es muy útil por su eficacia para ayudar a que los deportistas puedan seguir entrenando o compitiendo con una lesión que, de otra forma, los dejaría en el banquillo. Lo bueno es que, aunque ciertamente no es una técnica barata, sí es accesible a todo tipo de aficionados a la actividad deportiva, por eso creo que es bueno darle difusión.
¿Qué es un vendaje funcional?
Se denomina vendaje funcional a un tipo de técnica de inmovilización parcial que se emplea en lesiones de músculo, tendón y ligamentos principalmente. La inmovilización es parcial porque permite la movilidad en todos los sentidos menos en el que puede resultar doloroso o provocar lesión. Lo habitual es que lo apliquen fisioterapeutas con conocimientos específicos de esta técnica.
La ventaja principal que ofrece es que evita los inconvenientes de la inmovilización total, que van desde, sencillamente no poder realizar la actividad deportiva hasta tener que estar largo tiempo en reposo y que se produzca pérdida de masa muscular y otros problemas.
Su aplicación en deportistas puede suponer el poder acudir a una competición y rendir a buen nivel, si el tipo de lesión es susceptible de ser tratada con esta técnica.
En el vídeo superior podéis ver la técnica para vendaje en caso de esguince de tobillo, donde es muy típica la aplicación de este vendaje, por lo frecuente de la lesión y lo bueno de los resultados con este tratamiento.
Vendaje terapéutico y también preventivo
Otra ventaja de este tipo de vendaje es que no se utiliza únicamente cuando ya ha ocurrido una lesión, sino que también sirve como medida preventiva para evitar que aparezcan lesiones típicas en el deporte. Por ejemplo, en el vendaje de rodilla del siguiente vídeo se aplica presión sobre ambos tendones rotulianos, que se ven muy solicitados en deportes que requieran carrera y saltos frecuentes (baloncesto, voleibol, tenis y muchísimos más). El vendaje descarga un poco del esfuerzo que tiene que realizar este tendón, con lo cual ayuda a que sea menos propenso a sufrir lesiones.
También destacar que es habitual que los deportistas aprendan a realizarse auto vendajes. Lógicamente son más incompletos, pero ayudan a que puedan entrenar en caso de que su fisio quede lejos.
Vendaje funcional: Al alcance de todos
Otra ventaja de esta técnica es que no solo está al alcance de unos pocos elegidos, sino que se puede utilizar para el tratamiento de esguinces y lesiones leves del día a día. Eso sí, hay que señalar que hay algunos inconvenientes para su aplicación.
Por ejemplo, que el vendaje tiene una duración corta. Puede aguantar un par de días, o puede necesitar ser cambiado a las seis horas. También requiere supervisión y reajuste, porque puede que no moleste en el momento de su realización, que pruebes a caminar, correr o saltar, pero que apriete o resulte incómodo cuando intentas hacer una actividad más intensa de forma prolongada.
Los materiales no es que sean un lujo inalcanzable, pero tampoco son precisamente baratos, y se emplea mucho material para un vendaje que puede que solo te dure unas horas antes de necesitar ser reajustado o cambiado. Por no hablar de la necesidad de tener que estar acudiendo al fisio cada vez que necesites que lo ajuste o cambie.
No obstante, a pesar de estos inconvenientes, que tengo que reconocer que no son pocos, quiero insistir en lo positivo de conocer una técnica que puede beneficiar en caso de lesiones de tobillo, rodilla, muñeca, dedos y muchas otras articulaciones que se lesionan con relativa frecuencia no solo en el deporte sino también en la vida cotidiana.
Vía:http://tufisio.net/
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