¿Cuántas veces hemos escuchado que las piernas no son agradecidas y que no sirve de nada entrenarlas? Esto es lo que mucha gente que acude al gimnasio piensa, y es que siempre las piernas suele ser la parte del cuerpo que se queda sin entrenar y que se deja para lo último debido a que pensamos que por mucho que las entrenemos nunca vamos a progresar.
Simplemente esto es un mito, ya que los músculos de las piernas, igual que el resto crecen y se tonifican si los trabajamos, pero desde luego que tenemos que hacerlo de la forma adecuada. En el caso de las piernas el entrenamiento debe ser intenso, y por ello una solución podría ser dividir la rutina en dos jornadas para conseguir más intensidad y mejores resultados a largo plazo.
Muchas personas pueden pensar que esta forma de entrenar no es efectiva, pero dividir la rutina puede ser la solución a la falta de intensidad de muchos ejercicios, y es que en la mayoría de rutinas se suelen empezar trabajando los cuádriceps y dejando los insquiotibiales y los gemelos para el final, con lo que estos últimos suelen verse afectados por el cansancio de los ejercicios anteriores dejando la rutina coja y falta de homogeneidad.
Entrenar los músculos de las piernas en dos jornadas puede ser una solución para conseguir unos músculos tonificados y fuertes. No debemos olvidar que tanto el cuádriceps como los inquiotibiales son músculos grandes que tienen que ser entrenados intensamente para que crezcan y se fortalezcan. Si los trabajamos juntos siempre acabaremos por insistir más en una parte que en otra, por lo que si dotamos a cada uno de estos grupos musculares de la atención que necesitan los haremos crecer con más facilidad.
Dedicar dos días para entrenar las piernas puede ser una solución al estancamiento que sufren muchas personas que asisten al gimnasio. La forma de hacerlo sería dividir los grupos musculares grandes como los insquiotibiales y los cuádriceps que deberán ejercitarse en días diferentes.
La forma de entrenarlo será un día ejercitar los cuádriceps junto a los gemelos. Lo ideal es realizar dos o tres ejercicios por cada grupo muscular. El siguiente día entrenaremos los insquiotibiales junto a los glúteos y los abductores. En este cado realizaremos dos o tres ejercicios para glúteos e insquiotibiales y uno o dos para los abductores.
Desde luego que en el entrenamiento no existen milagros ni fórmulas mágicas que consigan que nuestros músculos se desarrollen sin más. Lo que realmente nos ayuda a progresar en los entrenamientos es la perseverancia y la constancia, por lo que el trabajo de las piernas ya no tiene que ser un comodín que algunas semanas lo tengamos en cuenta y otras no, dejándolas en un segundo plano y acabando por dejarlas retrasadas con respecto al resto de partes del cuerpo.
Imagen | Flickr/ autor nattydreaddd
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