Banda Iliotibial
Entre las lesiones que acechan a los corredores, aquellas debido al sobreuso son las más frecuentes. Una de ellas es el síndrome de la banda iliotibial que se produce por inflamación de este tejido blando tras la fricción repetida de la banda iliotibial sobre el epicóndilo lateral femoral. Dado que la banda iliotibial favorece la estabilización de la rodilla y asiste a las piernas en movimientos de abducción, rotación interna de la cadera, extensión de la rodilla y flexión de la misma, el síndrome de la banda iliotibial es una lesión frecuente en corredores.
Causas y factores de riesgo
Durante la carrera la fricción que puede conducir a la inflamación de la banda iliotibial se produce cuando la rodilla se flexiona en 30 grados o menos, justo después de que el pie golpea contra la superficie. Por eso, el correr cuesta abajo o a velocidad más lenta puede exacerbar este síndrome debido a que la rodilla tiende a flexionarse menos. También puede ser un factor de riesgo para sufrir el síndrome de la banda iliotibial el correr sobre superficies duras y/o inclinadas, o el poseer zapatillas no adecuadas para el tipo de pisada o deporte.
Por otro lado, las personas que tienen las piernas y los pies asimétricos, aumento de pronación del pie o piernas arqueadas son más propensos a sufrir este tipo de lesión, así como también es más frecuente si se posee debilidad en los abductores de la cadera como pueden ser el glúteo medio, porque sobrecarga el tensor de la fascia lata y la banda iliotibial.
Síntomas del síndrome de banda iliotibial
El síndrome de banda iliotibial se caracteriza por un dolor o sensación de ardor en la parte externa de la rodilla durante la actividad, o bien puede presentarse mediante el dolor en la región externa del muslo.
Al principio el dolor puede desaparecer al dejar de correr y con el tiempo, puede persistir el síntoma aun en reposo y empeorar si se corre en terrenos montañosos o al subir y bajar escaleras.
Tratamiento del síndrome de banda iliotibial
Como es de esperar en una lesión por sobreuso lo mejor es descansar, aplicar hielo para aliviar la inflamación y el dolor y en el momento oportuno según indique un profesional, se deberán realizar ejercicios de elongación para relajar la zona afectada así como también es aconsejable fortalecer cuádriceps.
Una vez más aconsejamos prevenir antes que curar y para ello no hay nada mejor que variar el entrenamiento, no correr siempre en cuestas ni en terrenos montañosos, evitar desequilibrios musculares, usar calzado adecuado y solucionar problemas en el pie o las piernas que alteren la pisada y mecánica del movimiento. Siempre recuerda estirar y atender el calzado así como la técnica de carrera que posees para prevenir ésta y otras lesiones frecuentes que se pueden evitar fácilmente. Fuente: www.vitonica.com