Al igual que en otros deportes, hay simples medidas que podemos tomar para evitar lesiones en las artes marciales y pasar una dolorosa temporada sin poder entrenar.
Nada es más frustrante para cualquier deportista que las lesiones. Para los artistas marciales quizá el dolor es lo de menos, dado que la práctica de combatir implica necesariamente un cierto grado de dolor -incluso al mejor peleador le llegarán algunos golpes-, y más aún, entrenamos específicamente la insensibilidad en determinadas zonas del cuerpo.
Hacer unos rounds de sombra sirve como calentamiento.
Lo desagradable de las lesiones en las artes marciales es tener que pasar un tiempo, que puede ser mayor o menor dependiendo de la magnitud de la lesión, sin poder entrenar, lo cual para alguien acostumbrado a ejercitarse periódicamente es un suplicio (la adicción a las endorfinas secretadas por hacer deporte son una realidad muy tangible para nosotros).
También los más fanáticos pueden entrenar a medias mientras esperan a sanarse: tren superior cuando se está lesionado del pie por ejemplo, o al revés, sólo patear cuando se está lesionado de los brazos. Pero esta no es la idea, ya que lo ideal es sanar real y completamente para volver a practicar ya estando al 100%, evitando así empeorar la lesión ya existente o, por mala postura o no poder ejecutar bien algún movimiento, acabar lesionándose otra parte del cuerpo.
Los accidentes o lesiones en las artes marciales siempre pueden ocurrir. Si una persona hace deporte siempre estará en riesgo potencial de hacerse algún tipo de daño. Sentado en el sillón viendo televisión difícilmente alguien se va a desgarrar un músculo. Lo importante es tomar las precauciones necesarias para evitar las lesiones que sea posible y asegurarnos el poder practicar nuestra arte marcial predilecta con tranquilidad y sin contratiempos.
Calentar antes de comenzar una sesión es fundamental. Permite que los músculos se preparen para la carga que van a soportar, que las articulaciones se lubriquen para realizar los movimientos necesarios con soltura y amplitud.
Para calentar, además del clásico trote, es bueno mover en forma circular todas las articulaciones del cuerpo, se puede partir por los pies hacia arriba: tobillos, rodillas, cadera, hombros, codos, muñecas y cuello.
Luego una buena sugerencia dirigida específicamente al artista marcial también es hacer unos pocos rounds de sombra, pero sin sobre exigirse, nada de movimientos muy bruscos al principio, ni tratar de pegar patadas muy altas sino hasta después de haber realizado el movimiento unas cuantas veces en rangos más moderados. Lo importante es que sea fluido y de a poco se vaya aumentando la intensidad y ampliando los movimientos. Más ideas para el calentamiento en este link.
Sobreentrenarse
Lo dicho anteriormente respecto a no sobreexigirse corre para el entrenamiento completo, no sólo el calentamiento. Por ejemplo si alguien tiene mala elongación es mejor ir sistemáticamente intentando mejorarla, que desgarrarse intentando de una sola vez sobrepasar sus propios límites. Lo mismo sobre el entrenamiento como un todo: sobreentrenarse conlleva lesiones más frecuentes, y un gran desgano por la actividad que antes se realizaba con gusto. Está perfecto querer mejorar y llevar al cuerpo al límite, pero hay que cuidar de no superar esos límites, ya que las consecuencias pueden terminar siendo muy desmotivantes, y la idea es poder mantenerse haciendo actividad física a un nivel óptimo siempre.
Foto: El Mercurio
Hacer unos rounds de sombra sirve como calentamiento.
Luego, hay que dosificar. Hacer deporte una vez por semana con mucha vehemencia es fórmula perfecta para las lesiones en las artes marciales. Por otro lado, incrementar abruptamente la carga de ejercicio tampoco es buena idea, ya que hay que permitirle al cuerpo acostumbrarse a un mayor nivel de exigencia. Hasta los atletas de alto rendimiento necesitan tener dosificados de alguna manera ( aunque sea en cantidades enormes) sus entrenamientos, con mayor razón alguien que practica artes marciales de forma recreacional debe medir cuánto es capaz de hacer para mejorar su rendimiento sin llegar a extremos que su cuerpo no pueda resistir.
Además, quien mejor hará el trabajo de planificar un entrenamiento para optimizar el rendimiento y evitar lesiones en las artes marciales es un especialista profesional en el tema, y lo ideal y más recomendable es contar con su supervisión durante sus prácticas.
Por último, es obvio, pero muchas veces olvidamos escuchar a nuestro cuerpo. Si algo te está doliendo, mejor para lo que estás haciendo y ponte hielo. Uno sabe perfectamente cuándo un dolor es sencillamente el músculo que se está fatigando, y cuándo es una lesión lo que se empieza a manifestar. No por estar 15 minutos más entrenando ese día vamos a arriesgar 1, 2, 3 semanas sin poder movernos y realizar nuestra actividad física favorita.
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